CUARENTENA Y UN DULCE PARA ESTIMULAR UN PALADAR SALUDABLE.

Tan sencillo, como que necesitamos alguna recompensa para seguir adelante en estos días de confinamiento, porque nos lo merecemos y lo estamos haciendo lo mejor que sabemos y podemos. Por eso hoy toca alegrar este día, estimulando el paladar con un bizcocho que carece de harinas, por lo tanto, no contiene gluten y sólo lleva dos ingredientes: huevos y chocolate ¡Sí ya está! ¿Te sorprendes? Pues ya verás cuándo lo pruebes.

Como no añadimos azúcar este va a depender del chocolate que escojas. Por ejemplo, un chocolate negro de 70% te aportará, aproximadamente, unos 72g de azúcar. 

Además te cuento que podemos añadir ingredientes opcionales, sólo uno o, incluso, los tres juntos combinan bien: 1 cucharadita de postre de canela molida (baja el azúcar en sangre), una pizca de jengibre en polvo, una cáscara de naranja, rallada, estos dos últimos, en este caso, estimulan la digestión. El tipo de chocolate y los ingredientes opcionales lo dejo a tu gusto.

 

El otro día me permití cocinar y disfrutar esta delicatesen, de fácil elaboración y muy grato para mi paladar, aunque ya se sabe que sobre gustos no hay nada escrito. Digo esto porque no a todas las personas les gusta el chocolate negro, ya sabéis ese que tiene, como mínimo, un 70% de cacao.

 

¿Qué tipos de chocolate podemos utilizar? Desde un chocolate con leche a un chocolate negro de un 85%, o más. Quiero aprovechar estas diferencias en el % de  cacao para conocer cómo, directamente, están relacionadas con las cantidades de azúcar presentes en ellos. 

Para conocer este dato sólo debemos fijarnos en la etiqueta, donde pone INGREDIENTES, buscar: Hidratos de Carbono, justo debajo podemos leer, azúcares. Este es el dato que nos indica que 100g  de ese chocolate va a contener una determinada cantidad de azúcar.

Para hacernos una idea ponemos el ejemplo del chocolate con leche, más de la mitad del producto es azúcar, con lo cual siempre tendrá más de 50g de azúcar por cada 100g de chocolate. Por el contrario, un chocolate de 85% su contenido en azúcar podría ser sólo de 16g/100g de producto.

Cuanta más azúcar menos cacao y cuanto más cacao menos azúcar. Ya sabéis quién es el responsable del dulzor y del amargor.

 

¿Sabías qué el consumo de azúcar puede incidir en la salud de tu microbiota?

Llevamos unos años escuchando cómo el azúcar es un enemigo de nuestra microbiota, esas bacterias intestinales que nos ayudan a subir las defensas, esas que ahora necesitamos que nos apoyen y nos defiendan. Pero además, hay otra cuestión importante que no debemos olvidar, cuánta más azúcar ingerimos, más rápido sube el pico de glucosa en sangre y cuánta más glucosa en sangre, más insulina tendremos que producir y cuánta más insulina, más inflamación y más peso acumularemos… Os cuento esto para ir dándonos cuenta sobre el terreno de lo importante que es cuidar nuestra salud desde la comida y cómo podemos regalarnos un capricho, de vez en cuando. El conocimiento favorece que podamos elegir de una manera más saludable.

 

Vamos con los ingredientes, fácil, sólo: 4 huevos medianos y 250g de chocolate, en este caso el que os apetezca, eso sí, asumir vuestra responsabilidad de cómo queréis cuidar vuestras bacterias intestinales.

 

Ahora toca ponernos manos a la obra.

En primer lugar, ponemos el horno a precalentar a 180º, arriba y abajo, sin aire. 

Continuamos derritiendo el chocolate, para ello troceamos los 250g del chocolate que elijamos (recuerda que no se añade azúcar, sólo el que lleva el chocolate), para hacerlo al baño maría  o bien en el microondas. Mientras que se funde el chocolate, trabajamos los huevos, en primer lugar, separamos las yemas de las claras. El truco de este bizcocho está en cómo trabajamos las yemas y las claras.

Batimos las yemas con las varillas eléctricas hasta que se aclaren, crezcan y queden como una cremita espesa. Una vez conseguida esta crema y que el chocolate está fundido lo mezclamos, poco a poco, envolviéndolo bien con las varillas, terminado este paso, trabajamos las claras a punto de nieve, pero sin añadir ni sal ni azúcar, las batimos con varillas eléctricas a baja velocidad, hasta que quede una textura firme y podamos forman un pico con las varillas. Un truquillo, se montan más fácilmente, si unas horas antes sacas los huevos del frigorífico. 

Llega el momento de mezclar la crema del chocolate fundido y las yemas con las claras a punto de nieve, un trabajo que deberemos hacer con una espátula, la de silicona me gusta, pero en realidad utiliza lo que tengas en tu cocina. Pero recuerda, añadirla en varias veces, para envolverla con suavidad e irla integrando en la masa para que quede más esponjosa.

 

Hora horno.

Ahora toca verter la mezcla en un recipiente, para hornearla. Yo utilicé un molde redondo de 18m, lo forré con papel para hornear, para facilitar el desmoldar.

Se introduce en el horno precalentado a 180º unos 25 minutos. Recuerda pasado este tiempo pinchar con un palillo, si sale limpio, ya está.

Te recuerdo que tiene una textura de brownie y  que cuando el chocolate se enfría se endurece. 

Reconozco que, aunque no le dio tiempo de ponerse malo, lo degusté pausadamente y lo disfrute. 

 

Si te permites endulzar tu vida, hazlo con conciencia.

¡Ánimo, ya nos queda menos!!! 

 

 

Pilar López Martín -Naturópata