Si estas en esta etapa, en este viaje..., ya has descubierto que no viajas sola. Tu viaje es muy especial, increíblemente mágico, un nuevo ser se crea en ti y crece. En este tiempo tu cuerpo vive un cambio profundo, son muchas las alteraciones, reajustes… Es un tiempo ideal para darte la oportunidad de descubrirlo o, confirmarte en la importancia de ser responsable con tu alimentación. Un buen estado nutricional facilita la buena gestación de tu bebe. Nutrientes como las vitaminas del grupo B, en este caso, el ácido fólico, es fundamental para un correcto desarrollo del feto, porque evita que se produzcan defectos en el tubo neuronal como espina bífida o anencefalia, además, de evitar un bajo peso al nacer; al igual que la biotina, cuya deficiencia se relaciona con defectos de nacimiento. Minerales como: el hierro que también lo empieza a utilizar el bebé puede dar lugar a carencias y producir cansancio y fatiga en la madre; el yodo necesario para producir la hormona tiroidea y desarrollar el sistema nervioso del feto; el zinc ayuda a subir el sistema inmune, lo que disminuye la oportunidad de infecciones. Los ácidos grasos omega 3 imprescindible para el desarrollo de la vista y del sistema nervioso. El calcio, mineral imprescindible para la mineralización del esqueleto del bebé, su demanda, si la madre tiene carencia, puede causarle osteoporosis y problemas dentales más adelante. El calcio necesita de vitamina D para ser bien absorbido. El bajo nivel de vitamina D puede incidir en bajo peso al nacer, en asma, en enfermedades autoinmunes. Nutrientes presentes en alimentos vegetales, ecológicos, en pescado azul, semillas de chía, almendras…, o como la vitamina D que se transforma en el cuerpo al tomar el sol.
Pilar.