LOS GASES Y LAS HECES HABLAN DE NUESTRA SALUD.

Un tema que para algunos adultos puede resultar tabú y en una gran parte de la población infantil produce risas.

Hoy he elegido hablar de las flatulencias, gases que expulsamos como eructos y/o como pedos y de las heces porque todos ellos nos pueden facilitar pistas de cómo gestionamos lo que comemos y de cómo funciona la salud de nuestro sistema digestivo, que además está estrechamente relacionado con la salud del sistema nervioso y del sistema inmunitario, entre otros. 

 

Curiosidades sobre los gases

Para empezar se sabe que tanto hombres como mujeres producimos la misma cantidad de gases, aunque en el caso de la mujer  un aumento de estrógenos puede incidir en una mayor sensibilidad para provocar gases y distensión abdominal.

Alimentos como las crucíferas: brócoli, coliflor, col, coles de Bruselas y el salvado de trigo pueden ser los mayores productores de gases. Aunque también se debe tener en cuenta que las intolerancias a la fructosa y a la lactosa (principalmente a la leche de vaca y sus derivados) pueden estar presentes en este problema.

Una persona fabrica entre 0,5l y 1,8l de gas al día y una persona sana puede eliminar entre 12 y 25 gases al día. Para que nos hagamos una idea de los gases que podemos llegar a producir en un año, en el caso de producir  12 día al año resultarían unos 4.380 pedos y si provocamos los 25 gases al día en un año estaríamos hablando de 9.125 pedos ¿Qué os parece la cifra? ¿Somos o no explosivos?

La velocidad media de los gases es de 10,9km/h y son inflamables cuando contienen más del 5% de metano y del 4% de hidrógeno. La característica de inflamables lo hemos podido comprobar cuando se nos ha ocurrido acercar una llama a la salida del pedo y hemos visto que sale una llama, mayormente, de color azul, aunque también pueden ser de color naranja o amarillo. El color va a depender de los gases que contenga.

 

Las personas realizamos tres procesos en los que producimos gases

 

El primero cuando tragamos aire al tomar el alimento, especialmente el líquido, en este caso nos encontramos con el Hidrógeno (H2). En el segundo proceso podemos hablar del dióxido de carbono (CO2) que se produce en el estómago por su digestión ácida y por último, debemos tener en cuenta, los que se producen en el intestino  donde las bacterias actúan y se nutren de los alimentos que allí llegan, en este caso contamos con metano (CH4) producido por fermentación bacteriana y con el sulfuro de hidrógeno (H2S) producido por bacterias y restos de productos con azufre. De toda la lista de gases comentados  sólo el sulfuro de hidrógeno es el único que huele mal, su olor es característico de huevos podridos y una pequeña observación, nunca se pueden producir los dos a la vez.

 

 

 

¿Cómo producimos los gases en el estómago?

El comer rápido, aparte de no masticar bien, incide en tragar más aire. Hablar mientras comemos. Beber bebidas carbonatadas y beber con pajita. Masticar chicle es un acto que hace que traguemos mucho aire. Fumar. Llevar una dentadura postiza, mal ajustada, puede incidir también en la producción de gases y no nos olvidemos de factores como la ansiedad, rinitis o mucosidad nasal que, también, podrían tener una incidencia directa con  este problema. 

Los gases del estómago se expulsan como eructos y los que no pueden salir y no se absorben pasan al ID (intestino delgado). 

Recomendaciones para mejorar el problema

Estaría bien empezar por ser conscientes de la acción de comer, masticar los alimentos más  y más despacio. Preferible comer sentado para facilitar sacar los gases como eructos. Comer de pie puede hacer que los gases se bajen hacia el ID y  esto haga más difícil su expulsión. Muy importante dejar un mínimo de 2h después de cenar para ir a dormir y tener en cuenta que la postura en horizontal, después de comer puede aumentar el problema de los gases en el estómago. 

 

Al ID pasan restos de gases procedentes del estómago que no se han absorbido ni tampoco han salido como eructos.

Los gases que quedan en esta parte del intestino tienen dificultad para ser expulsados y, en muchos casos,  producen distensión abdominal e incluso dolor. Mientras que el gas que se forma en el IG (intestino grueso, colon) procede de las bacterias que fermentan los hidratos de carbono (fibra y algunos almidones y azúcares), que no se han digerido en el ID. Las bacterias también consumen algo de ese gas, pero el gas restante se libera en forma de pedos. Hay pedos que son explosivos, que hacen ruidos, pero que no huelen y el responsable es el gas metano CH4, mientras que el pedo de mal olor (huevos podridos) es producido por el sulfuro de hidrógeno.

 

Gas metano.

El metano en exceso provoca sobrepeso y una futura obesidad (1) y para reducir este exceso podemos:

• Aumentar la bilis en el ID (ileon) y en el colon, ya que una pequeña parte de la bilis que llega al colon impide que se activen las bacterias que producen metano. Puedes experimentar, si es tu caso, tomando un café en ayunas cada mañana, pero que sea natural y no torrefacto y además, teniendo muy en cuenta tu tolerancia a la cafeína.
• Comer alimentos ricos en grasas para provocar la contracción de la vesícula biliar, tomar grasas saludables como: pescado azul, aguacate, yema de huevo, aceites vegetales, frutos secos o semillas. Una buena opción sería tomar cada mañana una cucharada sopera en ayunas de aceite de oliva extra virgen o de lino, seguido de un ½ vaso de agua con zumo de 1/2 limón.
• Tomar infusiones de plantas con efecto colagogo, que facilita la expulsión de la bilis, cómo por ejemplo: alcachofa,  cardo mariano, raíz de genciana, manzanilla amarga, cúrcuma, jengibre…
• Mejorar el pH ácido del estómago: La falta de ácido clorhídrico (HCl) en el estómago, se acompaña de menos secreción de bilis de la vesícula biliar. Un problema que se puede mejorar reduciendo drásticamente el consumo de cereales con gluten y tomando una infusión de jengibre con zumo de limón antes de las comidas. Pero recuerda,  no abusar del zumo de limón todos los días porque puedes dañar el esmalte de tus dientes, una opción es tomarlo con una pajita para que tenga menor contacto con los dientes.
• Si observas que tienes la barriga hinchada después de comer, una digestión lenta, gases sin mal olor y un sobrepeso que te molesta en tu vida… Valora si el metano podría ser el causante.

 

¿Cómo actuar cuando el problema es que producimos gases que huelen como a huevos podridos? 

 

En este caso el problema lo causan algunas bacterias que están presentes en el IG que producen anhídrido sulfúrico y, efectivamente, es un gas que huele como a huevos podridos porque contiene azufre. Aparte de todas las recomendaciones anteriores, no debemos olvidar que es importante rebajar el consumo de alimentos animales: carnes, lácteos principalmente de vaca, huevos y alimentos vegetales muy ricos en azufre como: cebolla, ajo, puerros y otros alimentos que también tienen mucha influencia porque son ricos en sulfitos como: cerveza, vino, embutidos…

Por el contrario, alimentos ricos en magnesio favorecen una microbiota más saludable que ayuda a neutralizar los malos olores. Entre los alimentos más recomendables estarían: los vegetales de hojas verdes, el pescado, leguminosas, aguacates, plátanos, nueces, semillas, cereales integrales y el chocolate con un 85% de cacao.

 

Analiza tu salud según tu tipo de heces

 

Se consideran heces ideales las del tipo 4 de la escala de Bristol (2) Un churro de unos 15 cm, aproximadamente, de color marrón claro, con la superficie más o menos igual y que deben hundirse siempre. 

Aunque se debe tener en cuenta que:

-Si vas al baño en días alternativos o tardas más de 2 días en hacer de vientre, si haces bolitas o conglomerados de bolitas, estamos hablando de estreñimiento y, en este caso, nos ayudaría añadir a nuestra dieta fibra a través de alimentos, e incluso, plantas ricas en mucílagos para aumentar el volumen de las heces y minerales como el carbonato de magnesio que facilite el peristaltismo y así, ayudar a nuestro cuerpo a expulsar las toxinas que está acumulando, por no evacuar. Recordemos la importancia de hidratarnos y si fuese necesario podríamos añadir probióticos a través de alimentos fermentados. Pero no nos olvidemos de  un acto clave: el ejercicio físico diario, que perfectamente podría ser una caminata de 30 minutos.

• SI las heces tienen aspecto blando,  están rotas y sin forma, podrían ser consecuencia de una mala absorción por un exceso de helicobacter pylori, una bacteria que habita  principalmente en  el estómago o en la parte superior del ID, que puede causar úlceras en las mucosas del revestimiento de los mismos.
• Si las heces flotan, no se hunden, podría ser por déficit de bilis, producida por un exceso de metano, o también, por un exceso de estrógenos.
• Si hay alternancia de heces muy blandas/diarreicas con días sin ir al baño podrías sufrir de colon irritable o Crohn.
• Si las heces presentan sangre, se debe observar si puede ser por fisura anal, por almorranas, en cuyo caso tendría un color rojo vivo, pero si el color es rojo oscuro, negruzco, podría indicar un sangrado en la parte superior del tracto gastrointestinal.
• Un exceso de estrógenos podría provocar heces blandas y/o una mayor frecuencia al baño.
• Si tus heces huelen muy mal la causa podría ser una fermentación excesiva que nos estaría hablando de cómo te afecta lo que comes, en este caso,  te podría ayudar lo indicado en el apartado los gases que huelen mal, o bien podría ser una señal de otra afección. 

En cualquiera de los casos descritos no descartes un diagnóstico médico para que tu actuación pueda tener una mayor eficacia.

 

Recuerda que si cuidas de tu intestino, él cuidará de ti. 

Hipócrates en una de las famosas sentencias que formulaba a sus discípulos decía: “La salud comienza en el intestino”.

 

Gracias por tu tiempo, tus comentarios y tu compartir.

 

 

Pilar López Martín - Naturópata